Vale, ya pasé por el dentista y ¡me ha quitado las dos de la derecha!
Confieso que entré temblequeante cual gelatina y con la risilla nerviosa, pero al final todo salió bien. Eso sí, hubo que pincharme cinco o más veces -perdí la cuenta, qué quieren- anestesia, porque no se me terminaba de dormir; llegué incluso a comprobar si se me dormía la mitad de la boca a o no por mi misma, pinchándome el interior de la misma con una uña; toodo el rato sin dejar de hablar ni de reírme. Es que me pasa como Spiderman: me pongo nerviosa y suelto patujadas cuanto más lo estoy. Al final cuando lo único que notaba era la presión, pero nada de dolor, el dentista y sus dos ayudantes comenzaron.
En todo el proceso no se me ocurrió cerrar los ojos, y sorprendentemente para todos, incluida yo misma, lo tranquila que estuve; y eso que noté cómo los movian para sacármelos, oyendo crujiditos y notándolos, pero estaba de lo más tranquila, extrañada pero tranquila. El de arriba no dio problemas, el de abajo, como estaba semienterrado, tuvieron que abrirme un poquitito -si a alguien le está dando asco el relato, sírvase asomarse a la ventana para potar. Vigile que no pase ningún transeúnte por debajo, gracias. Ni ningún perro o gato ya que estamos, pobrecillos.- pero nada, todo bien. Incluso sin darse cuenta lo pasaron por delante mio y lo vi medio ensangrentado y lo tranquila que estaba, qué cosa más rara. Costó un poco porque la raíz hacía un poquito de gancho, tal como comprobé en la radiografía; por eso pedí que me sacara primero esos dos, es que teniendo en cuenta ese detalle y que ese diente de abajo estaba más enterrado que el otro, sabía que me daría más problemas para sacarmelo así que mejor ir a lo dificil para empezar.
Al final, se tardó más en esperar que la anestesia me hiciera efecto y ponerme más, y en darme los puntos, que en sacármelas en sí...
Eso sí, casi los tiran a la basura, hasta que los reclamé para quedármelos como recuerdo, por supuesto. Un par de puntos que me han dado para el cortecito que me dieron, receta de antibioticos y antilinflamatorio... y a dieta de natillas y polos de hielo; para una adicta al helado como yo eso fue un notición.
Fue salir, mi padre preguntarme... y descojonarse vivo cuando empecé a hablar. Con media boca y media lengua dormida no es que hable según la real academia de la lengua española precisamente.
Vamos, si escribiera tal cual he estado hablando el post habría sido una cosa así:
"Va'e, ya paché po el dentitta y mi quitao la'h do'h de la dechecha!"
Ahora se me ha pasado el efecto de la anestesia y jueeeeer, he pasado más rato sosteniendo una bolsa de hielo en mi mejilla que otra cosa. Que doló la hostia, pero sabiendo que se me va a pasar y estando a base de ibuprofeno, con suerte pasaré el día tan atontada que ni me enteraré. Eso sí, me encuentro fatal, pero estoy bien.
En fin:
¡Dos fuera!
Besitos y ya seguiremos en contacto, nenit@s.