Odie me preocupa, casi no camina en la calle, mea DEMASIADO -tenemos que fregar cada dos horas el patio-, no quiere comer, solo bebe agua, tiembla mucho... las pastillas lo deben de tener atontado, y espero que sólo sea eso y que en realidad no esté empeorando; si sigue así, el lunes de cabeza al veterinario otra vez, por si las moscas
mientras tanto no dejaré que los ánimos decaigan, seguiré con esperanza de que mejorará
hasta entonces, mucha música para animarlo a él
Lesiëm - Open your Eyes
Corpus Anima Deus
Corpus Anima Deus
Quo Pacto Istud
Tecte Diceretur
Etiam Il Lapides, Etiam Il Lapides, Verum
Sé que eres fuerte, mi precioso perrito; demuéstratelo <:)
Que suene la música!
Hoy: Poets of the Fall - Everything Fades
*Ains*
sábado, julio 31, 2010
miércoles, julio 28, 2010
no encuentro título para esto, Odie
No me voy a ir por las ramas: Odie está malito
Mi pobre perrito... tan bueno él -a veces-, tan cariñoso -siempre- y tan cabraloca -siempresiempreysiempre-; yo que estaba tan contenta porque le llevamos a cortarse el pelo y nos cachondeabamos de que lo habían dejado más pelado que una rana...
Lleva tiempo raro, no se sostiene del todo bien sobre las patas posteriores, resbala mucho cuando tiene que subir escaleras o intenta echarse a correr; los años pasan factura y pese a que está a poco de cumplir los 15, parece que él piense que tiene 5 perpétuos y salta y corre sanamente, pero a este paso se hace más daño de lo que pueda parecer. Acabamos de llevarlo al veterinario, a ver qué tiene, porque esta mañana ha hecho de todo en el patio: vomitó, se hizo pis... y dejó heces con sangrado, lo cual nos ha terminado de alarmar. El médico nos acaba de decir que tiene lombrices otra vez, dada su manía de chuperretearse todo el suelo de la calle, sangre en el intestino y un testículo inflamado; el cual tenía bien hace solo dos o tres días. El pobre animalito se ha quedado allí en observación para que le hagan más análisis, y parecía tan bien como siempre, tan contento y excitado por todo y todos, y cariñoso como él solo...
Odie es muy importante para mi familia, es el primer perro que nos ha durado; y no penséis mal, no es que los anteriores no los supieramos cuidar o se pusieran repentinamente enfermos, para nada: el primer, al que también llamamos Odie, me siguió a mi a casa -literalmente- cuando tenía unos nueve o diez años, se asustó con los petardos del día de Canarias y se me pegó a las piernas cuando yo me iba para mi casa ya. Tras una semana con nosotros, en la calle nos encontramos a su verdadero dueño, que lo estaba buscando porque preciamente se le perdió el día de canarias, asustado como estaba con aquellos petardazos, resultó llamarse Jasper. Mala suerte, no era el perro para nosotros.
El segundo es curioso, porque yo no tengo recuerdo de él, salvo porque sé que tuvimos otro perro, que le regalaron a mi padre y también llamamos 'Odie' -realmente queríamos llamar así a nuestro primer perro familiar-; por lo que me cuenta mi padre, no duró tres días en la casa porque literalmente este sí que era una cabra loca; no paraba de dar botes ni de ladrar y todo el tiempo lo único que quería era jugar, por lo visto era capaz de saltar por encima de la barra que tenía en medio la puerta de cristal del mini-patio que teníamos cuando vivíamos en los duplex. Como era tan nervioso, acabó con los nervios de toda la casa al parecer, y se lo tuvimos que devolver al señor que se lo regaló a mi padre; mala suerte otra vez, tampoco era este.
Nuestro tercer perro, llegó sin más. Nacido en Septiembre del año 1995. Yo volvía del colegio, con diez años, tras un mes de ponerme las primeras gafas -cuando mis padres comprobaron que yo no era capaz de ver bien las matrículas del coche de delante cuando ibamos camino al colegio-. Estaba en una cestita, bajo las escaleras de la casa, durmiendo; pequeñito y más blanco que amarillo, gracioso y juguetón; es el único recuerdo que tengo de Odie cuando era cachorro, porque no le pudimos sacar fotos por aquel entonces -para cuando se las sacamos ya tenía el tamaño que ahora y el pelaje del lomo se le volvió más marroncito y amarillo-, era el perro que estábamos esperando... lo había dado a luz hacía un mes una caniche amarilla de nombre Chicha, cuyo dueño vivía en el mismo duplex que nosotros; era una perrita megaloca que corría por el pasillo del edificio galopando como un caballo y se te paraba delante y de un brinco te llegaba a lamerte la cara; era impresionante. Odie es el único de la camada que se parecía a ella, no solo por el tono del pelaje sino por su aspecto: todos los cachorros eran de color negro como el padre; al que nunca vimos dicho sea de paso, uno tenía el pelo muy rizado, otro era más larguito de patas y la única hembra tenía cabeza de fox terrier. Odie, sin embargo, no solo tenía el pelaje del mismo color que su madre, también tenía la actitud juguetona y alegre, la misma cara y el mismo tipo de cuerpo, con la excepción de que a ella le habían cortado el rabito porque le salió deforme, mientras que a él le había salido bien y se lo pudieron dejar.
Lleva con nosotros el mismo tiempo que yo con las gafas, quince años; que se dice pronto, y pensar que está llegando al final de su vida se me hace muy triste y no dejo de pensar "¡¿Ya?! tan pronto?!", aún sabiendo cuanto tiempo en total ha sido, me cuesta creerlo. Hemos pasado por mucho en su compañía, nos ha dado mil anécdotas con las que reírnos o enfadarnos de nuevo con él -esto último siempre de broma-, nos ha dado momentos llenos de ternura y cariño; y a mi hermano y a mi nos enseñó a tener más responsabilidad y cuidado. Pensábamos hace cinco años que ya estaba mal porque parecía tener artrosis, y llegó la gata y se recuperó por querer jugar con ella. Es un perro lleno de amor, con el que siempre te terminas riendo por las cosas que hace para llamar tu atención; a veces te saca un poco de quicio porque no obedece mucho cuando lo sacas a pasear o mete el hocico en la comida de la gata -y hasta en la tuya, que las veces que me ha robado un bocata o hasta se ha subido a una silla para comerse algo de la mesa, son incontables ya-; es pesado a menudo y cuando ladra es que el dolor de cabeza que te da es inaguantable. Pese a todo, con todos su defectos, no deja de ser el perro más bueno y perfecto que hemos tenido a nuestro lado todos estos años.
Sigue dándonos la lata hasta el final, por favor, Odie. Sabes que te queremos.
Mi pobre perrito... tan bueno él -a veces-, tan cariñoso -siempre- y tan cabraloca -siempresiempreysiempre-; yo que estaba tan contenta porque le llevamos a cortarse el pelo y nos cachondeabamos de que lo habían dejado más pelado que una rana...
Lleva tiempo raro, no se sostiene del todo bien sobre las patas posteriores, resbala mucho cuando tiene que subir escaleras o intenta echarse a correr; los años pasan factura y pese a que está a poco de cumplir los 15, parece que él piense que tiene 5 perpétuos y salta y corre sanamente, pero a este paso se hace más daño de lo que pueda parecer. Acabamos de llevarlo al veterinario, a ver qué tiene, porque esta mañana ha hecho de todo en el patio: vomitó, se hizo pis... y dejó heces con sangrado, lo cual nos ha terminado de alarmar. El médico nos acaba de decir que tiene lombrices otra vez, dada su manía de chuperretearse todo el suelo de la calle, sangre en el intestino y un testículo inflamado; el cual tenía bien hace solo dos o tres días. El pobre animalito se ha quedado allí en observación para que le hagan más análisis, y parecía tan bien como siempre, tan contento y excitado por todo y todos, y cariñoso como él solo...
Odie es muy importante para mi familia, es el primer perro que nos ha durado; y no penséis mal, no es que los anteriores no los supieramos cuidar o se pusieran repentinamente enfermos, para nada: el primer, al que también llamamos Odie, me siguió a mi a casa -literalmente- cuando tenía unos nueve o diez años, se asustó con los petardos del día de Canarias y se me pegó a las piernas cuando yo me iba para mi casa ya. Tras una semana con nosotros, en la calle nos encontramos a su verdadero dueño, que lo estaba buscando porque preciamente se le perdió el día de canarias, asustado como estaba con aquellos petardazos, resultó llamarse Jasper. Mala suerte, no era el perro para nosotros.
El segundo es curioso, porque yo no tengo recuerdo de él, salvo porque sé que tuvimos otro perro, que le regalaron a mi padre y también llamamos 'Odie' -realmente queríamos llamar así a nuestro primer perro familiar-; por lo que me cuenta mi padre, no duró tres días en la casa porque literalmente este sí que era una cabra loca; no paraba de dar botes ni de ladrar y todo el tiempo lo único que quería era jugar, por lo visto era capaz de saltar por encima de la barra que tenía en medio la puerta de cristal del mini-patio que teníamos cuando vivíamos en los duplex. Como era tan nervioso, acabó con los nervios de toda la casa al parecer, y se lo tuvimos que devolver al señor que se lo regaló a mi padre; mala suerte otra vez, tampoco era este.
Nuestro tercer perro, llegó sin más. Nacido en Septiembre del año 1995. Yo volvía del colegio, con diez años, tras un mes de ponerme las primeras gafas -cuando mis padres comprobaron que yo no era capaz de ver bien las matrículas del coche de delante cuando ibamos camino al colegio-. Estaba en una cestita, bajo las escaleras de la casa, durmiendo; pequeñito y más blanco que amarillo, gracioso y juguetón; es el único recuerdo que tengo de Odie cuando era cachorro, porque no le pudimos sacar fotos por aquel entonces -para cuando se las sacamos ya tenía el tamaño que ahora y el pelaje del lomo se le volvió más marroncito y amarillo-, era el perro que estábamos esperando... lo había dado a luz hacía un mes una caniche amarilla de nombre Chicha, cuyo dueño vivía en el mismo duplex que nosotros; era una perrita megaloca que corría por el pasillo del edificio galopando como un caballo y se te paraba delante y de un brinco te llegaba a lamerte la cara; era impresionante. Odie es el único de la camada que se parecía a ella, no solo por el tono del pelaje sino por su aspecto: todos los cachorros eran de color negro como el padre; al que nunca vimos dicho sea de paso, uno tenía el pelo muy rizado, otro era más larguito de patas y la única hembra tenía cabeza de fox terrier. Odie, sin embargo, no solo tenía el pelaje del mismo color que su madre, también tenía la actitud juguetona y alegre, la misma cara y el mismo tipo de cuerpo, con la excepción de que a ella le habían cortado el rabito porque le salió deforme, mientras que a él le había salido bien y se lo pudieron dejar.
Lleva con nosotros el mismo tiempo que yo con las gafas, quince años; que se dice pronto, y pensar que está llegando al final de su vida se me hace muy triste y no dejo de pensar "¡¿Ya?! tan pronto?!", aún sabiendo cuanto tiempo en total ha sido, me cuesta creerlo. Hemos pasado por mucho en su compañía, nos ha dado mil anécdotas con las que reírnos o enfadarnos de nuevo con él -esto último siempre de broma-, nos ha dado momentos llenos de ternura y cariño; y a mi hermano y a mi nos enseñó a tener más responsabilidad y cuidado. Pensábamos hace cinco años que ya estaba mal porque parecía tener artrosis, y llegó la gata y se recuperó por querer jugar con ella. Es un perro lleno de amor, con el que siempre te terminas riendo por las cosas que hace para llamar tu atención; a veces te saca un poco de quicio porque no obedece mucho cuando lo sacas a pasear o mete el hocico en la comida de la gata -y hasta en la tuya, que las veces que me ha robado un bocata o hasta se ha subido a una silla para comerse algo de la mesa, son incontables ya-; es pesado a menudo y cuando ladra es que el dolor de cabeza que te da es inaguantable. Pese a todo, con todos su defectos, no deja de ser el perro más bueno y perfecto que hemos tenido a nuestro lado todos estos años.
Sigue dándonos la lata hasta el final, por favor, Odie. Sabes que te queremos.
viernes, julio 16, 2010
Orla time
Ayer me llegó un email, de los compañeros de clase; diciendo que la orla es hoy a las 20:30 (ya habrá empezado entonces; o no, que me conozco yo a estos...)
pues en lo que a mi respecta...
*se repanchinga en la silla, sube los pies a la mesa, una mano va tras la nuca para apoyar mejor la cabeza y con la otra juguetea con una de las dos trenzas que se ha hecho hoy*
Con su pan se les atragante a la inmensa mayoría
Ya me montaré mi propia orla con mi familia y amistades, que me la merezco tras haber trabajado duro para aprobar todas las asignaturas tanto teóricas como prácticas, SIN COPIAR -a diferencia de vosotros, panda de mamones cara duras-, SIN HABERME METIDO CON NADIE PARA DESESPERARLE EN LAS PRÁCTICAS, SIN HABER HECHO TRAMPAS EN LOS PAPELES DEL CONTROL DE LAS PRÁCTICAS Y HABIENDO ASISTIDO DÍA SÍ Y DÍA TAMBIÉN PESE A HABERME PUESTO MALÍSIMA NI SÉ CUANTAS VECES, HABERME DADO CONTRA TODO, HABERME PASADO DE TODO Y SIN FALTARLE NI FALLARLE NI UNA SOLA VEZ A MI JEFE, y sobretodo, HABEROS TENIDO QUE AGUANTAR, SO GABRONEH!
¿Lo único que me da pena? no haber podido hacer eso de subirme al escenario y mirarles a todos para hacerles un corte de mangas, con dedicación incluída, hala. Y a lo mejor con suerte, a alguien se le partía un tacón, fíjate...
Os aseguro que no soy una persona especialmente vengativa, puedo perdonar o olvidar, pero nunca ambas cosas a la vez; mi parte de escorpio es la que tira a sentirlo todo con mucha pasión, ya sea el cariño como el estar enfadada -es lo que tiene; como nos encendamos, no es que nos encendamos sólo, es que ríete de una erupción volcánica...- ; así que ya digo que estoy dispuesta a al final pasar del tema por completo y olvidarme de ellos. Lo único, para esa gente:
Os pido para todos vosotros que recibáis EL TRIPLE de lo que me hicísteis a mi; hale.
pues en lo que a mi respecta...
*se repanchinga en la silla, sube los pies a la mesa, una mano va tras la nuca para apoyar mejor la cabeza y con la otra juguetea con una de las dos trenzas que se ha hecho hoy*
Con su pan se les atragante a la inmensa mayoría
Ya me montaré mi propia orla con mi familia y amistades, que me la merezco tras haber trabajado duro para aprobar todas las asignaturas tanto teóricas como prácticas, SIN COPIAR -a diferencia de vosotros, panda de mamones cara duras-, SIN HABERME METIDO CON NADIE PARA DESESPERARLE EN LAS PRÁCTICAS, SIN HABER HECHO TRAMPAS EN LOS PAPELES DEL CONTROL DE LAS PRÁCTICAS Y HABIENDO ASISTIDO DÍA SÍ Y DÍA TAMBIÉN PESE A HABERME PUESTO MALÍSIMA NI SÉ CUANTAS VECES, HABERME DADO CONTRA TODO, HABERME PASADO DE TODO Y SIN FALTARLE NI FALLARLE NI UNA SOLA VEZ A MI JEFE, y sobretodo, HABEROS TENIDO QUE AGUANTAR, SO GABRONEH!
¿Lo único que me da pena? no haber podido hacer eso de subirme al escenario y mirarles a todos para hacerles un corte de mangas, con dedicación incluída, hala. Y a lo mejor con suerte, a alguien se le partía un tacón, fíjate...
Os aseguro que no soy una persona especialmente vengativa, puedo perdonar o olvidar, pero nunca ambas cosas a la vez; mi parte de escorpio es la que tira a sentirlo todo con mucha pasión, ya sea el cariño como el estar enfadada -es lo que tiene; como nos encendamos, no es que nos encendamos sólo, es que ríete de una erupción volcánica...- ; así que ya digo que estoy dispuesta a al final pasar del tema por completo y olvidarme de ellos. Lo único, para esa gente:
Os pido para todos vosotros que recibáis EL TRIPLE de lo que me hicísteis a mi; hale.
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